viernes, 30 de noviembre de 2012

MÚSICA IMPRESIONISTA/MÚSICA DE CÁMARA



MÚSICA DEL PERÍODO IMPRESIONISTA Y LA MÚSICA DE CÁMARA



CEDART Frida Kahlo



DAFNE FERNÁNDEZ NARVÁEZ



DANIEL ESPINOSA



LENGUAJE MUSICAL



IMPRESIONISMO

Comenzó en Francia por el año 1897, posteriormente al impresionismo en la pintura.
Se pretendía que el timbre predominara sobre la melodía y aún sobre la estructura global del sonido (la armonía).

  • El compositor, tiende a suscitar con su música una imagen visual tan fuerte como pueda.
  • La melodía se convierte en algo fragmentado, algo que evoca lo esencial, lo que contribuye a crear una atmósfera sonora, imprecisa, tan imprecisa.
  • Un tempo más libre, y con capacidad de un rubato a gusto del intérprete (siempre respetando las indicaciones del autor).
  • Utilización de los modos, introduciendo numerosas variaciones de cada uno, e incluso inventándolos (como en la obra Syrinx para solo de flauta de Claude Debussy). No sólo se utilizan modos clásicos, ya que también es muy frecuente encontrar escalas propias de diferentes etnia

CLAUDE DEBUSSY












Isaac Albéniz

Manuel de Falla

Maurice Ravel

Erik Satie

Joaquín Turina

  • Ottorino Respighi (1879-1936)

  • Albert Roussel (1869-1937)

  • Paul Dukas (1865-1935)


MÚSICA DE CÁMARA

El término de música de cámara propiamente dicha aparece por vez primera en 
el barroco. Es el término para referirse a la música de pequeñas conjuntos o 
instrumentos solos, escrita para interpretarse bajo circunstancias caseras, en un salón o 
en una pequeña estancia para una audiencia limitada o ni siquiera la necesidad de esta 
audiencia.
A simple vista la música de cámara implicaría la música de carácter íntimo, 
interpretado y oído para uno mismo en sala privada más que para un gran público, y 
depende de la delicadeza de su uso para que tenga su deseado efecto.
Esto excluye la música compuesta para ser interpretada fuera de una sala (como 
la militar) la cual implica que la música manifieste otra función.
Para los compositores la música de cámara es lo más genuino de su creación 
musical. Sin las ataduras que supone escribir para encargo de una orquesta con los 
condicionantes que eso conlleva, los compositores se muestran tal como son en la 
música de cámara ya que esta  se piensa y se destina para un grupo reducido, 
normalmente amigos, sin ningún condicionante  estético. Se escribe casi para uno
mismo.
Si bien la música de cámara tiene sus orígenes en el siglo XVII, no es hasta el 
clasicismo donde se consolida como género de verdadera relevancia. 
El género de la música de cámara acepta diversas formaciones instrumentales. 
Primeramente debemos diferenciar entre la orquesta de cámara y cualquier formación 
camerística. La orquesta de  cámara, es realmente una pequeña orquesta que tenía en 
su origen la finalidad de actuar en salas pequeñas, especialmente la corte. Suelen tener 
un  reducido grupo de cuerdas, 4 violines primeros, 4 segundos, 3 violas, 2 cellos y 1 
contrabajo. Puede incluir también un grupo de maderas a  dos, es  decir, dos 
instrumentistas por cada instrumento.
También es frecuente emplear en este formato la orquesta de cuerdas.
Las formaciones camerísticas que se alejan del concepto orquestal son 
innumerables. Desde su número de integrantes como la variedad de familias 
instrumentales hacen todo un catálogo de posibilidades.


Dúos con cello.
Mucho menor el volumen de obras dedicadas a la formación,  aunque no por 
ello son de menor calidad que las de violín. Es más, la relación del cello con el piano es 
posiblemente más homogénea que la del violín.
El primer gran referente son las sonatas de Beethoven. Brahms, también escribe 
dos bellísimas sonatas con una majestuosa mezcla de fuerza y sensibilidad. El siglo XX
es propicio para monumentos musicales evidentes. Rachmaninov, Prokofiev, 
Shostakovitch, Debussy, Britten etc.



Dúos viento y piano
Los instrumentos de viento más favorecidos antes del desarrollo definitivo de
totalidad de los mismos en el siglo XX son flauta, clarinete y oboe.
La flauta y oboe  lo son  en el periodo barroco y clásico, despareciendo en 
romanticismo  salvo las 3 romanzas de Schumann para oboe y piano. El clarinete sin embargo es en el romanticismo donde toma su posicionamiento con obras de   SaintSaens, Weber, Schumann, y sobre todo Brahms.
Ya en el siglo XX todos los instrumentos tienen cabida.
Poulenc, Milhaud, Hindemith, Martinu, representan un modelo similar aunque 
cada uno con unos planteamientos estéticos diferentes. Todos ellos escriben para 
prácticamente la totalidad de instrumentos.



TRÍOS CON PIANO
Tienen un origen no demasiado idealista desde el punto de vista estético, a 
pesar de que con el tiempo se convertirá en una formación sumamente atractiva en la 
que la mayoría de los compositores escribirán para ella.
En el clasicismo, la sonata para violín y piano era muy apreciada. Realmente era 
música escrita melódicamente a dos voces con acompañamiento armónico de los bajos 
del piano. Precisamente estos eran muy débiles  por lo que se pensó añadir un cello 
para reforzarlo. Con este espíritu se escriben los de Haydn y los de Mozart.
Ya con Beethoven el Piano está más desarrollado y el cello comienza a tener 
mayor independencia abordando partes melódicas.
El romanticismo es un periodo que encuentra en trío con piano un buen medio 
para el compositor. Schubert, Mendelshonn, Schumann y sobre todo y una vez más J. 
Brahms.
En el siglo XX, la aportación de Debussy es discreta con su juvenil trío, no así 
sus compañeros de viaje Fauré y Ravel que escriben uno y dos tríos respectivamente de
una calidad excepcional.



EL CUARTETO DE CUERDA
Sin duda junto con el trío con piano  es la formación estrella de la música de 
cámara. Dos violines, viola y cello son sus integrantes, creando una onorid bella y 
homogénea. Tiene su lanzamiento con Haydn, quien es considerado el padre del 
Cuarteto. Desde entonces es difícil encontrar a un compositor que no haya escrito para
esa formación. Mozart  cultivó refinadamente el género. Beethoven  escribe un buen 
número  llenos de tensión y distensión. En el siglo XIX  pierde ligeramente la 
supremacía del clasicismo en detrimento sobre todo de la gran orquesta y en el caso de 
la música de cámara del trío. Con todo compositores como Schubert, Schumann o 
Brahms siguen apostando por la formación, quizá porque son compositores que siguen 
la tradición alemana de Mozart, Beethoven.
El resurgir se produce en el siglo XX. Debussy y Ravel con un solo cuarteto cada 
uno, pero sobre todo Bartok con 6 y Shostakovith con 14 son los máximos exponentes. 
En la zona eslava, quizá por la enorme tradición de cuerdas, destacan los importantes 
cuartetos de Dvorak (especialmente el llamado “Americano”), Smetana (Mi vida) y 
Janaceck y en Rusia los de Borodín. En España, Turina, Arriaga y Toldrá son quienes 
mayor proyección alcanzan con sus cuartetos.



LOS GRUPOS DE VIENTO
La formación de vientos más extendida es la de quinteto de viento: flauta, oboe, 
clarinete, fagot y trompa. De esta formación suelen aparecer variantes tanto en la 
disminución de efectivos como en la ampliación de  los mismos o incluso la 
combinación con otras familias instrumentales.
De la reducción surgen tres combinaciones principalmente. 
o Flauta, oboe  fagot, empleada sobre todo en el barroco.
o Flauta, oboe, clarinete
o Oboe, clarinete, fagot, que es la que más éxito alcanza.
A estos tríos se les suele añadir el piano formando importantes cuartetos como 
El capricho sobre temas Rusos y Daneses de Saint-Saens o La sonata de Milhaud.
Cuando se amplían estos grupos se suele  bordear  el concepto de conjunto 
instrumental. 2 oboes, 2 clarinetes, 2 trompas y 2 fagotes es una formación muy bien 
tratada principalmente en clasicismo y romanticismo. El origen de estas formaciones 
era amenizar los grandes banquetes de la Corte.

FUENTE:http://www.um.es/aulademayores/docscmsweb/tema_4._la_musica_de_camara.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Impresionismo_musical

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